ADQUISICIÓN DE CONOCIMIENTO
Se dice que vivimos en la sociedad del conocimiento, pero
para muchas personas es más bien la sociedad de la información. Convertir la
información en auténtico conocimiento requiere dominar nuevos sistemas de
representación simbólica, que no forman parte de nuestro equipo cognitivo de
serie, y que por tanto no están al alcance de todos, sino que deben adquirirse
a través de la cultura y, en último extremo, de la educación.
Pero esa adquisición plantea a su vez nuevos retos educativos, culturales y también psicológicos. Este libro se ocupa de uno de esos retos: estudiar los procesos mediante los que construimos y adquirimos el conocimiento.
Pero esa adquisición plantea a su vez nuevos retos educativos, culturales y también psicológicos. Este libro se ocupa de uno de esos retos: estudiar los procesos mediante los que construimos y adquirimos el conocimiento.
¿Cuál es su naturaleza psicológica y cómo se diferencia
de la simple información? ¿Tienen otros animales esa capacidad de conocer o se
trata de una conquista exclusiva/mente humana? ¿Cómo influyen las restricciones
biológicas y la cultura en los procesos de adquisición de conocimiento? ¿Son
las formas de conocer universales o dependen de la cultura? Recurriendo a investigaciones
recientes en diversas áreas como psicología cognitiva, antropología, biología,
paleontología, neurociencias, psicología animal o diseño instruccional, sostienen que conocer es una capacidad exclusivamente
humana que nos permite acceder a nuestras propias representaciones implícitas
con la mediación de esos sistemas culturales de representación simbólica y, de
esta forma, reconstruirlas. Conocer es mirarnos, como la pintora de la
cubierta, en el espejo de nuestras representaciones implícitas, haciendo que la
carne se convierta en verbo y, a través de esa nueva mirada culturalmente
construida, acceder a nuevas formas de conocer el mundo y vivir en él. Todo
acto de conocimiento es de algún modo un autorretrato, pero al mismo tiempo es
la única forma de superar o reconstruir las restricciones que, como
consecuencia de su historia natural, nos impone nuestro sistema cognitivo
implícito. Más allá de esas restricciones, otro mundo mental es posible, pero
sólo a través del conocimiento, entendido como una reconstrucción cultural de
nuestra naturaleza cognitiva más primaria, una naturaleza que sin embargo, por
fortuna o por desgracia, nunca abandonamos del todo.
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